Sola y bien acompañada: “Gloria”

La única forma de ser libres es aceptándonos como personas enteras. Depender de otros para sentirnos validados nos convierte en esclavos. Sacrificamos nuestra verdadera felicidad por conseguir aprobación y afecto. No hay edad en que entender esto no sea difícil, por eso Sebastián Lelio nos comparte su visión a través de “Gloria”, una mujer que sigue buscando la intimidad a una edad que pocas veces se visita en el cine.

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Gloria (espléndida Paulina García) tiene sesenta, pero su espíritu es el de una adolescente. Es un espécimen de mujer: esbelta, encantadora, dócil y con ganas de divertirse. Siempre vestida elegante, frecuenta bares en donde la música nos transporta a sentir realmente su edad. Ella no busca ser joven, porta sus arrugas y grandes anteojos con clase. Está dispuesta a seguir buscando a un compañero que tenga la misma vitalidad que ella.

Conocemos a Gloria en su día a día, acudiendo al trabajo, dejándole mensajes de voz a sus hijos, cantando desafinada mientras maneja a casa. Las tomas Es tan cercana a como imaginamos a una mujer de su edad que resulta entrañable sin esfuerzo. Lelio la pone siempre en primer plano y García otorga un sinfín de matices que conforman su personalidad sin diálogos.

A pesar de ser una mujer simpática, sabemos que está sola. Está separada, sus hijos son independientes y esto la motiva a seguir saliendo de noche, donde su vida se torna más cálida y colorida en la presencia de hombres que la pretenden. El amor llega cuando un muy interesado Rodolfo (Sergio Hernández) la aborda en un bar y resulta en una noche de pasión de las que tanto habían buscado.

Tanto Gloria como Rodolfo tienen bagaje emocional. Rodolfo es menospreciado por su familia pero al mismo tiempo se siente atado a ellos. Esto pone a Gloria celosa, pues su soledad la hace querer ser lo más importante en la vida de su pareja. Con conversaciones honestas nos damos cuenta que ambos están dispuestos a intentar que funcione. Así, el siguiente paso es conocer a las respectivas familias.

La dinámica familiar se da de forma estupenda mientras el alcohol no surge efectos. Una vez entrada la plática, la familia de Gloria se ve inmersa en su historia, haciendo el ambiente tenso y finalmente resultando en el rompimiento de la nueva pareja. El contraste entre Gloria y su ex marido reafirman que ella ha actuado manteniéndose fiel a sí misma, mientras que él está lleno de resentimientos y mira el pasado con nostalgia. La pequeña aparición de los familiares en la película son clave para mostrarnos situaciones que nos hacen sentir como que hemos vivido situaciones similares.

Rodolfo le ruega a Gloria por volver, pero para ella la falta de sensibilidad de él ha sido inaceptable. Gloria vuelve a estar sola, siguiendo los días en neutral. Una calavera bailarina en un centro comercial le anuncia que esa es quizá la forma en que va a terminar su vida. Así vuelve a contactar a Rodolfo, quien intenta hacer funcionar su nueva relación pero termina arruinándola de nuevo, estando sujeto a su mujer e hijas.

Los hombres no han sido sino una decepción para ella, dejándola en el mismo lugar donde comenzó. Pero ella no decide volver a empezar. Tras cobrar su respectiva venganza, termina vestida de lentejuelas y bailando al ritmo de su propio nombre, disfrutando su canción a su ritmo y sin alguien que dicte los pasos mas que ella misma.

Lelio elige una heroína con una voz que se escucha poco. Las mujeres de la edad de Gloria, en un contexto latinoamericano pero que también es aplicable a otras nacionalidades, es una historia diferente de las mujeres que no son solteronas, menopáusicas o abocadas a la religión o el trabajo comunitario. Una historia de una mujer viva contada además de una manera brillantemente simple, utilizando pocos recursos cinematográficos pero haciendo de su personaje principal el único punto de enfoque. Un rico sentido de la narrativa nos presenta información importante en momentos cómicos que nos dan introspectiva hacia el mundo emocional de Gloria. La película es ligera para el espectador, agradable al ojo y digerible al punto de la saciedad. Es una comedia que como su protagonista, se deshace del romance y hace un himno a la independencia. La liberación femenina en manos de una sexagenaria que pone en el panorama una nueva forma de seguir viviendo y disfrutando cuando otros darían la vida por terminada.