Hambre de Más: “The Hunger Games – Catching Fire”
Ya hacía falta una buena franquicia a la que seguirle la pista. Desde que terminó Harry Potter y no siendo un fanático de la saga The Lord of the Rings, la próxima entrega de The Hobbit me tiene sin cuidado.
No así la nueva e impresionante The Hunger Games: Catching Fire, donde Jennifer Lawrence no se cansa de actuar bien ante la nueva mala racha de sucesos que la llevan a ser el ojo del huracán del levantamiento al Capitolio.
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De entrada el Soundtrack es muy bueno.
La historia comienza con Katniss Everdeen (Lawrence) cazando a las afueras de su distrito, donde se encuentra con el novio al que tuvo que ser infiel por complacer a las masas, Gale (Liam Hemsworth), quien ahora será un blanco débil para Katniss. Por otro lado, se ve obligada a dejarlo para viajar a todos los distritos a dar sus condolencias por la muerte de los demás competidores de los recién terminados Hunger Games.
Peeta (Josh Hutcherson) le acompaña, haciendo de nuevo evidente que sus sentimientos por Katniss no son una actuación. Juntos descubren que no solo fueron los primeros ganadores que derrotaron al Capitolio, sino que esto ha despertado una ola de rebelión y esperanza sobre los demás distritos, que ahora muestran su apoyo y comienzan a ser reprimidos.
El Presidente Snow (Donald Sutherland) se da cuenta del riesgo que representa Katniss y por lo tanto debe ser silenciada de manera sutil. Así, al terminar una serie de actuaciones públicas, se anuncia una nueva competición, una edición de aniversario de los sanguinarios juegos que reunirá solamente a otros triunfadores para pelear, una vez más, por mantenerse con vida.
Katniss es embestida por el poder del Capitolio, que le desprende de sus seres más preciados, aliados y la pone de nuevo en una arena en forma de reloj en donde las alianzas son clave para la supervivencia. Ayudada por Peeta y consiguiendo cada vez más aliados, sobrevive lo suficiente como para encontrar una forma de derrotar al sistema una vez más y darse cuenta que tanto la concepción de estos juegos como el movimiento en los distritos está conectado y es parte de un levantamiento en que ella es la pieza principal.
Llegué a The Hunger Games sin expectativa alguna, saliendo gratamente sorprendido. Esta segunda entrega de la saga no parece una adaptación de un libro sino una cruenta historia futurista que además lleva a una de las actrices más reconocidas del momento, que además es muy querida en este papel.
Mi impresión fue que Catching Fire es una copia a carbón de su predecesora pero vestida con efectos y actuaciones superiores. Contrario a los comentarios de quienes sí han leído los libros y afirman que es una muy buena adaptación, a mí me resultó difícil saber lo que sucedía la mitad del tiempo, a pesar de conocer la fórmula.
Es entendible que al ser la mitad tiene la desventaja de empezar y terminar en la nada, pero aún así deja una sensación de inconsistencia que no tiene nada que ver con la historia. Las impresionantes reacciones de Katniss servían como la introspección que no puede ser transportada a la pantalla literalmente, pero en ciertos momentos parecía agotador.
Entre el grupo de nuevos competidores no reluce el talento, solo destacaría a Jena Malone, la furiosa y sensual Johanna, participante del Distrito 7 que logra transmitir enojo y frustración, además de una sensación de rebeldía clave para que funcione la película. Entre los demás, Effie (Elizabeth Banks), la guía de increíble vestuario y que se encarga de llorar por nuestros personajes también es digna de mencionarse. En lo demás, Lenny Kravitz, Woody Harrelson e incluso Philip Seymour Hoffman pasan desapercibidos.
Catching Fire es mucho más de lo que esperaba, me pareció muy buena, pero aún así hay una sensación de inconformidad con la manera de narrarla. De cualquier modo, veré si se me quita viéndola por segunda vez, enpalomitado hasta el cuello.